Mensaje de Navidad de nuestro obispo
Queridos hermanos y amigos, un año más nos preparamos a celebrar el nacimiento de nuestro Redentor Jesucristo. Un año más volveremos a decir ¡Feliz Navidad!
De tanto usar esta expresión a veces parece que pierde su significado. Se lo decimos a todo el mundo, al vecino, al tendero, al compañero de oficina o de la fábrica, al familiar al que no vemos en todo el año o a alguien que nos cruzamos en la calle; pero probablemente muchos no entienden lo que les decimos y a veces pudiera ser que nosotros tampoco.
Decir ¡Feliz Navidad! es desear que pasemos un tiempo de alegría para celebrar el nacimiento del Redentor del Mundo. Navidad es celebración, es alegría, porque ha nacido nuestro Príncipe de Paz. En la Sagrada Escritura leemos: “Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí yo os doy nuevas de gran gozo, que serán para todo el pueblo: Que os ha nacido hoy en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo, el Señor”. S. Lucas 2:10-11 En los primeros capítulos del Evangelio que nos cuentan la historia de la Navidad, la frase “no temáis” se dice cinco veces. En toda la Biblia se repire mas de trescientas sesenta y cinco veces. No tengáis miedo o lo que es lo mismo, confiad, es uno de los mensajes centrales de la Escritura.
Jesús nació en unos tiempos convulsos, no eran ni mucho menos pacíficos: Había disturbios políticos, guerras, un mundo roto en una desesperada necesidad de un Salvador. Había incluso tensión en la relación entre María y José. Es posible qué cada uno de nosotros estemos sufriendo también nuestras propias crisis hoy, pero el mensaje del ángel es claro “No temáis” El nacimiento de Jesús fue uno de los momentos más importantes en el plan de Dios para redimir al mundo. La llegada de Jesús fue un faro de luz. Fue el comienzo de la esperanza para el Mundo. Dios nos envió a Su Hijo porque Él quería que sintiéramos Su perfecta paz, que experimentásemos la alegría que se produce al confiar en Dios.
Ahora podemos decir al Señor que confiamos en Él y sentir la paz y la alegría así como lo hicieron María, José y los pastores hace tantos años, cuando escucharon el mensaje: “No temáis”. ¡Feliz Navidad y bendecida Epifanía!
+Carlos