Mensaje de Pascua del Consejo Mundial de Iglesias

Mensaje de Pascua del Consejo Mundial de Iglesias

  08 Abr 2023

“¡Elí, Elí! ¿Lama sabactani?, (esto es: ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me
has desamparado?)”.

Este versículo de Mateo 27:46 es el grito de Jesucristo en la cruz momentos antes de su cruel muerte. Podría interpretarse como Jesús declarando la profecía del Antiguo Testamento anunciada en el Salmo 22:1, o como Jesús gritando en la más absoluta angustia, o de ambas maneras.

El punto a tener en cuenta aquí es que Jesús expresa el dolor y el sufrimiento de su muerte inminente. “¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has desamparado?” es el doloroso clamor de muchas personas en el mundo actual que padecen diversos sufrimientos al enfrentarse a la enfermedad, la pobreza, el hambre, las catástrofes, las injusticias, los abusos y la muerte.

Es el clamor de las personas desplazadas, de los refugiados en tránsito, de las mujeres y los niños que sufren abusos, de los pueblos indígenas, de las personas con discapacidad, de quienes son desatendidos, oprimidos y pisoteados. Las dificultades de todas estas personas son tan insoportables que a menudo se sienten abandonadas por sus gobiernos, sus amigos, su familia e incluso por Dios. En privado y en público, en silencio y a gritos, piden ayuda.

Al reflexionar sobre la violencia, los conflictos, las guerras, la corrupción, la agitación política, las injusticias económicas, la emergencia climática, y la lista sigue, constatamos que en la actualidad el mundo está hecho un desastre. En este contexto, hay quienes se preguntan dónde está Dios. La sensación de abandono y desesperación ronda nuestras mentes y nuestros corazones, aunque nos incomode reconocerlo. Jesús dio su último aliento y murió, pero resucitó de entre los muertos. En Cristo está nuestra esperanza y nuestra vida.

Nuestra esperanza no se centra en una experiencia sentimental, sino en la profunda comprensión de que la esperanza, como la fe y el amor, son dones escatológicos. Se trata de dones que Dios nos concede para superar el presente y para ver el futuro en medio del caos, el conflicto y el sentimiento de desamparo; dones que nos recuerdan que la oscuridad, la desesperanza y la muerte no son el final. La luz, la esperanza y la vida están a nuestro alcance porque el Señor resucitado todo lo vence.

El apóstol Pablo nos lo dice de una manera contundente en Romanos 8:37-39, donde declara: “Más bien, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”, por lo cual nada “nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro”. Por lo tanto, cuando en medio de la fragilidad, el dolor, el sufrimiento, las guerras y la muerte, tenemos la tentación de preguntar por qué Dios nos ha desamparado, detengámonos y tengamos la certeza de que Cristo, el Padre, ¡hace nuevas todas las cosas!

Ante las dificultades, la confusión y las tribulaciones, recordemos que, en el poder de la resurrección, Dios está presente con nosotros en todas las cosas, a través de todas las cosas y en todo momento. Esta certeza, en vez de hacernos sentir desamparados, debe, pues, alentarnos y llevarnos a ser agentes e instrumentos de esperanza y luz para el mundo. Debe darnos la energía y el deseo de seguir trabajando por la justicia, la paz, la reconciliación y la unidad de Dios, para que un mundo mejor para toda la creación sea posible.

Cuando tengamos la tentación de exclamar “¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has desamparado?”, recordemos que Emanuel-Dios está siempre con nosotros.

2 thoughts on “Mensaje de Pascua del Consejo Mundial de Iglesias

  1. No estoy de acuerdo con introducir la ideología woke en la Iglesia; llamadlo ideología woke, llamadlo marxismo cultural. Los cristianos no necesitamos que nadie nos diga lo que significa la caridad y el amor. ¿Por qué en el párrafo tercero se habla del sufrimiento de “las mujeres y los niños” solamente? ¿Acaso los hombres no sufrimos?¿No somos los que más morimos en las guerras?¿No somos el 80% de los asesinados?¿No somos el 80% o más de los suicidas?¿Por qué no se habla que con la excusa de combatir el cambio climático se están destruyendo los bosques, se está eliminand la ganadería que ha preservado los montes durante siglos y se está sumiendo en la pobreza a millones de personas porque se les está quitando su fuente de ingresos o se les está impidiendo el acceso a una electricidad y combustibles asequibles?¿Por qué no se habla de los cientos de científicos que están contra el cambio climático y han sufrido la censura de los medios de comunicación (https://www.hispanidad.com/hemeroteca/confidencial/cop25-500-cientificos-no-emergencia-climatica-destapan-farsa-onu-greta-thunberg_12014949_102.html)?¿Por qué se acepta sin la menor crítica la opinión que difunden los medios de comunicación, que están pagados por los gobiernos? La agitación política en numerosos países está provocada por los mismos que luego hablan de acusación política para remover el avispero social en su propio beneficio. El mundo nunca ha sido un lecho de rosas, y los cristianos hemos estado al lado de los que sufren. Introducir el wokismo (marxismo cultural) en la Iglesia producirá un cisma que dividirá a la Cristiandad en dos, no a una confesión o tradición concreta, sino a la Iglesia Universal entera: nos dividiremos entre los que aceptamos todas las novedades acríticamente sin reflexionar a fondo en lo que suponen y los que reflexionamos y escuchamos las voces críticas. Estamos al borde del abismo y a los que fomentan la ideología woke no les importa la Iglesia, es más, su sueño sería que desapareciéramos para imponer libremente en Occidente un mundo ateo, y por tanto, inhumano.

    1. El comentario que antecede, del señor Rafael S. Vargas Ribera, me parece desmedido y, en cuanto desmedido, erróneo. Es un clásico acusar al Consejo Mundial de Iglesias de institución promotora de la llamada ideología “woke”. Es posible que alguno de los textos publicados por el CMI vaya en ese sentido, pero me parece que no es el caso del mensaje pascual que comentamos. Vayamos por partes.
      1. La ideología “woke”, contra el atributo que le señala el señor Vargas (el de ser equivalente al marxismo cultural), tiene poco que ver con el marxismo. De hecho, las protestas culturales nacidas en la segunda mitad de los años 60 en las instalaciones universitarias americanas y, más famosa y cercanamente, en el mayo del 68 parisino, relacionadas con el estilo de vida, tienen poco que ver con las pretensiones marxistas de lucha de clases entre capitalistas y trabajadores. Puedo estar de acuerdo con el señor Vargas en que, si el marxismo dogmático fue una amenaza seria para la fe cristiana, la ideología de las exageraciones en las “libertades personales”, especialmente en lo tocante a definiciones y comportamientos sexuales, sin ser, ni remotamente, marxista, también lo es.
      2. Hay que tener cuidado con los medios de comunicación a los que se presta atención. En particular, la web hispanidad.com es portadora de ideología nacional-católica y, por consiguiente, dista mucho de ser un medio objetivo en sus apreciaciones. Del mismo nacional-catolicismo que inspiraba en 1956 a los asaltantes de la Iglesia Catedral del Redentor, que abofetearon al obispo don Santos Martín Molina en pleno oficio.
      3. El mensaje del CMI habla de la opresión de mujeres y niños. El señor Vargas se duele de que no incluya explícitamente la opresión a los hombres. Sin duda, hay una presencia importante de hombres entre el conjunto de los humanos oprimidos por causas y acciones diversas del ancho mundo, pero me parece también indudable que mujeres y niños se llevan la peor parte en la mayor parte de situaciones opresivas que se dan hoy en nuestro planeta, siquiera sea por su mayor debilidad física respecto de los varones. Y, como cristianos, no me cabe duda de que esta situación clama al Dios de Justicia, Padre de la Gran Víctima, nuestro Señor Jesucristo.

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