Apoyo a los movimientos sociales el viernes 27 de septiembre en
contra del cambio climático.

La emergencia climática ya es una realidad. La última “DANA”
(anteriormente denominada como gota fría) que ha asolado el sureste
peninsular ha sido especialmente grave. Su intensidad y duración han sido excepcionales. No solo por la cantidad de lluvia, sino también por el área afectada, llegando incluso a la Comunidad de Madrid. Y lo que es peor: ha costado la vida a siete personas.

Las inundaciones producidas se han visto sin duda agravadas por la
ocupación de cauces y de las llanuras de inundación de nuestros de nuestros ríos. Estos espacios son nuestros auténticos salvavidas ante riadas y crecidas, pero se han visto recortados, ocupados por edificaciones, infraestructuras o barreras artificiales, aumentando el efecto y gravedad del aumento de caudales.

Según el CEAM (Centre d’Estudis Ambientals del Mediterrani), la temperatura del agua del mar Mediterráneo ha subido 1,27 ºC de media en los últimos 35 años y sería capaz de alimentar ya un huracán. Este aumento de la temperatura es también una de las causas por las que, según la Universidad de Alicante, estos fenómenos de gota fría se podrían producir en esta zona desde comienzos de primavera hasta finales de otoño: 9 meses al año.

La comunidad científica lleva años advirtiendo de que los impactos del cambio climático se agravarán en la medida que sigamos aumentando las emisiones. También alerta de que el suroeste de Europa se verá especialmente afectado por las olas de calor, que habrá mayor riesgos de inundaciones, de eventos meteorológicos extremos, mayor riesgo de incendios y un aumento en el número de días de riesgo alto de incendios.

Y a nivel internacional, ¿que podemos decir por ejemplo de los
incendios de La Amazonía? se quema fauna, flora, se destruye el
ecosistema de los indígenas. Si bien La Amazonía es patrimonio de la humanidad, así mismo es un maravilloso ejemplo de la creación de Dios.

Necesitamos decisiones que se tomen en serio la emergencia climática y que vayan a las causas: abandonar los combustibles fósiles y llevar las emisiones de gases de efecto invernadero a cero. La buena noticia es que somos muchas las personas que estamos tomando conciencia y uniendo nuestras voces, nuestras oraciones y fuerzas, porque aún estamos a tiempo.

Desde nuestra Iglesia compartimos plenamente las reivindicaciones que inspiran las movilizaciones mundiales, apoyadas por Alianza por el
Clima, Fridays por Future y otras más de 300 organizaciones.
Apoyamos cuantas manifestaciones y eventos se realicen en nuestro país así como en el resto del mundo, el día 27 de septiembre, viernes, reclamando a los Gobiernos medidas más enérgicas en la lucha contra el cambio climático.

Es urgente adoptar acciones muy valientes para afrontar la emergencia climática, y rogamos a Dios para que los políticos mundiales sean sensibles a este tremendo drama.

Somos conscientes de que una colaboración activa de la ciudadanía es importante para este objetivo, y nos comprometemos con nuestras parroquias a realizar cambios a este respecto, educando si es necesario a nuestros fieles y ministros, tomando conciencia de la importancia del reciclaje, el uso adecuado de los plásticos, la gestión correcta de combustible, y la concientización de la crisis de la flora y fauna de nuestro planeta, que es la belleza de la creación de Dios.
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