Algodón orgánico, una oportunidad para 300 niñas indias
Corría el año 1994 cuando unas monjas franciscanas de la India, en el estado sureño de Tamil Nadu, que por sí solo tiene más habitantes que toda Italia, decidieron poner en marcha una empresa para ayudar a mujeres jóvenes sin trabajo, con especial atención a las afectadas por diversas discapacidades, sobre todo a las sordomudas. Las monjas decidieron que los ingresos no sólo se utilizarían para hacer crecer el negocio, sino también para apoyar otras obras de caridad y asistencia. ¿Y qué podría ser mejor en la India que trabajar con el algodón para dar trabajo? Dicho y hecho: las hermanas crearon una empresa, que hoy emplea a unas 300 chicas de las cien iniciales.
En estos casi 30 años de actividad, también ha logrado la hazaña adicional de combinar tradición, innovación y protección del medio ambiente creando una cadena de algodón 100% orgánico. Desde responder al clamor de la tierra y los pobres hasta impulsar otras formas de entender la economía, desde adoptar un estilo de vida alternativo hasta la educación para crear conciencia ecológica y nuevas oportunidades de trabajo.
Las monjas franciscanas proporcionan alojamiento y comida a las jóvenes que trabajan, que también proceden del vecino estado de Kerala, donde el componente cristiano tiene su propia importancia, así como un buen salario mensual, cobertura de la seguridad social y cursos de formación continua. El objetivo es mejorar los productos, siempre con la máxima atención en los de origen ecológico, pero también hacerlos más atractivos en los mercados internacionales, (Vatican News)