Declaración a favor de la Paz en Ucrania
Declaración a favor de la Paz en Ucrania, suscrita por las Iglesias Cristianas de Madrid
“Bienaventurados los pacificadores” Mateo 5:9
Como mujeres y hombres cristianos nuestro dolor está con los que sufren las consecuencias de la guerra, hoy en demasiados lugares del mundo. Nos unimos de manera especial en oración por el pueblo de Ucrania y por las victimas de la invasión que están sufriendo y que acarrea destrucción y numerosas victimas civiles, personas desvalidas y desplazamiento buscando refugio de muchas familias. Reclamamos el fin de las hostilidades y la búsqueda activa de la paz.
Celebramos la solidaridad y la acogida que los pueblos de Europa están ofreciendo a los refugiados y el compromiso con la ayuda humanitaria. Somos responsables de hacer justicia con brindar apoyo y abrigo a quienes se ven privados de la paz y del respeto a su dignidad y libertad.
Reclamamos que el diálogo continúe y se alcancen acuerdos que acaben con la ofensiva militar. La protección y respeto de los más desvalidos y la seguridad de los corredores humanitarios debe ser una prioridad inalienable.
Oramos para que los corazones de los gobernantes se transformen y escuchen los gritos de quienes sufren la violencia. Oramos para que esta de hoy solidaridad sea duradera en la construcción de la paz, en la reconstrucción de Ucrania y en el abrazo a todos los perseguidos y desplazados por causa de la guerra y de toda forma de violencia.
Oración propuesta por la Iglesia de Escocia
Oh Dios, refugio y fortaleza nuestra,
Tu tienes al pueblo de Ucrania en la palma de tu mano.
El nombre de cada persona, está escrito en tu corazón.
En la oscuridad de la invasión y en el fango de las maquinaciones políticas, oramos para que se extienda la luz de la esperanza y de la justicia y de la paz. Anima a los que tienen miedo, para encontrar su fuerza en Ti y en los que están con ellos, cercanos y lejanos.
Ayuda a la familia mundial de las naciones para responder en amor con corazones abiertos, mentes abiertas, y también, con la sabiduría necesaria para lograr una paz duradera.
Sálvanos te rogamos, de no preocuparnos lo suficiente.
Por el amor de tu Hijo. Amén.